Historia de la hoja de coca

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La hoja de coca cumple un rol fundamental en la historia cultural andina. Desde la época prehispánica, además de brindar estímulo al trabajo y poseer muchas propiedades medicinales, constituyó también un producto altamente apreciado en la estructura económica andina.

Sin embargo, esta “planta divina de los incas” no fue valorada por los colonialistas europeos y hombre de ciencia que llegaron a América. A diferencia del tabaco, el café, el ron, el chocolate y el opio, la coca fue relegada del comercio global durante los siglos XVI y XVII: su alcance fue regional, y fue consumido mayoritariamente por los indígenas que trabajaban, de forma forzada, en las minas de plata de Potosí.

¿Cómo explicar este rechazo? Paul Gootenberg argumenta que hubo dos razones. Una de ellas fue cultural: masticar la coca no fue una actividad agradable para los europeos; por el contrario, lo veían como un vicio indígena insalvable. Otra razón fue política: la coca se asocio con los dioses y rituales andinos, los cuales seguían representando una amenaza al Estado colonial, motivo por el cual hubo una serie de prohibiciones: desde clérigos, como el arzobispo de Lima Gerónimo de Loayza, hasta virreyes buscaron limitar su producción; otros, en cambio, como Juan de Matienzo, o los jesuitas José de Acosta y Bernabé Cobo admitían los beneficios de la coca. Pese a que, para 1600, solo el comercio de coca a Potosí obtenía 500 mil pesos al año, no hubo defensores de la coca desde el lado europeo.

Durante estos años, poco se supo sobre la coca en Europa: algunos de los estudios botánicos más importantes apenas lo mencionaban; era difícil también llevar muestras a Europa, ya que, tras meses de viaje en altamar, se volvían rancias o se pudrían por la aparición de hongos. Es por ello que los científicos europeos dudaban bastante sobre los beneficios de esta planta. La botánico europea recién obtendría una descripción más detallada y de primera mano durante el siglo XVIII.

✅ Fuente: Paul Gootenberg. Cocaína andina. El proceso de una droga global.

📷 “Ortelano, Pachacacvna hortelanos”. Nueva corónica y buen gobierno (1615), p. 879. El anciano le dice en quechua: “Cayllata acullicuy, pana” Hermana, masca esta coca. La hortelana le responde: “Apomoy, tura” Tráela, hermano y extiende sus manos para recibirla.
Fuente: https://bit.ly/3bdfYSm

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