Mucho antes de Pedro Ruiz Gallo o Pedro Paulet, hubo un peruano que soñó con volar. Su nombre fue Santiago Cárdenas, y esta es su historia.
De origen muy humilde, nació en Lima en 1726. Considerado cuarterón, se enroló, desde muy pequeño, como grumete de un navío mercante que viajaba en la ruta del Callao a Valparaíso; durante sus años en el mar, aprendió bastante sobre la navegación y el vuelo a partir de las tijeretas del mar (aves oceánicas que pescan en las aguas de las costas tropicales en el océano Atlántico y el Pacífico). Sin embargo, su vida como marinero acabó abruptamente en 1746, cuando sobrevivió al naufragio como consecuencia del terremoto que destruyó Lima y el Callao.
Aunque se dedicó a la venta de sombreros, guantes y otras prendas de vestir, nunca abandonó su pasión por las aves: los gallinazos y los cóndores fueron claves en sus estudios, dibujos de anatomía y observaciones desde las lomas de Amancaes, San Jerónimo o San Cristóbal. Los apuntes que realizaba no pertenecían a alguna escuela de ornitología o corriente científica: Santiago era un autodidacta que utilizaba sus propios recursos para alcanzar su objetivo final, que era volar.
Producto de sus estudios, presentó, en 1761, al virrey Amat y Junient el informe titulado «Nuevo sistema para navegar por los aires, sacado de las observaciones ‘a la naturaleza volátil’». En este documento, explicó, de forma sencilla y didáctica, la posibilidad de volar a través de la construcción de un aparato que imitase el planeo de los cóndores. Es interesante que, para sustentar su propuesta, se apoyase en la matemática para que hubiese una proporción determinada entre la superficie de las alas y el peso del aparato; además, consideraba que la maquina debía tener un timón para cambiar la dirección, y un sistema de contrapeso interno para el cambio de inclinación.
Pese a estos argumentos, los académicos del virrey -entre los que se encontraba Francisco Cosme Bueno- rechazaron su trabajo, debido a la complejidad conceptual de su trabajo y al desconocimiento total de las aves. Por si no fuera poco, calificaron al autor como “loco”. Sin embargo, esto no lo desanimó, y continuó trabajando en sus proyectos para enviárselo al mismo rey de España. Supuestamente, su caso iba a ser revisado por el Ducado de San Carlos, pero nunca se supo qué pasó, o si el documento llegó a España.
Hace dos años, Luciano y Marcelo Stucchi rescataron del anonimato a este auténtico precursor de la aviación, del naturalismo y de la ornitología peruana. Desde su campo, la biología y la física, analizaron los escritos de Santiago de Cárdenas para evaluar cuánto habrían aportado a las ciencias naturales en el Perú y en el mundo. Destacaron, además, que “cuando uno lo lee, se da cuenta de que era un persona muy aguda por los razonamientos, por la forma de argumentar, de expresarse; a pesar de haber 250 años de diferencia con él».
Fuente: Andina Noticias https://bit.ly/2YzVyAi
Puedes acceder a los escritos y dibujos de Santiago de Cárdenas en el libro «Navegar por los aires. Análisis físico y biológico del sistema propuesto por Santiago de Cárdenas en el siglo XVIII» de los hermanos Luciano y Marcelo Stucchi publicado por el Fondo Editorial de la Universidad del Pacífico: https://bit.ly/3Cagf3w
Montaje con dos dibujos de Santiago de Cárdenas https://bit.ly/3Dekm04