Los cuyes como agentes globales | Propuesta de Helen Cowie

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El cuy es una especie originaria de la zona andina del Perú, Ecuador, Colombia y Bolivia. Así como hoy, en el pasado no solo fue un producto con un alto valor nutritivo, sino también una mascota y un animal de laboratorio en Europa, África y Asia. Esta es su historia.

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El nombre cuy proviene del quechua “quwi”, que es una onomatopeya que registra los chillidos agudos del animal. Desde la temprana época colonial, el padre Bernabé Cobo (1582-1657) registró cómo su carne era preparada en “guisado dél entero, habiéndole sacado el vientre, con mucho ají y guijas lisas del río, que llaman calapurca, que quiere decir, en la lengua aimará, ‹piedras del vientre›”. También se describió su uso en distintos rituales en los que se extraía sus entrañas para adivinar el futuro. Estas prácticas se mantuvieron pese a los distintos esfuerzos de la Iglesia por erradicarlas.

Asimismo, desde el siglo XVI, el cuy se convirtió en un animal conocido a nivel global. En España, se le denominó “conejo de indias”; los franceses lo llamaron cochons d’Inde; los portugueses, porquinho-da-índia; los ingleses, “guinea pig”; incluso los chinos lo bautizaron como tún shú. Hacia el XVIII, diversos historiadores y naturalistas españoles se interesaron por este roedor. Así, con el establecimiento del Real Gabinete de Historia Natural de Madrid en 1772, el cuy encontró su espacio de exhibición al lado del oso hormiguero de las Antillas y el elefante de las Indias Orientales.

En el resto de Europa, el cuy, por estos años, tuvo una función distinta: se convirtió en una mascota popular en muchos hogares europeos desde mediados del siglo XIX en adelante. Es interesante que, al mismo tiempo, aparecieran manuales y consejos sobre el mejor cuidado del conejillo de Indias: se señalaba, por ejemplo, que era la mascota ideal para niños; otros destacaban su inteligencia. En Gran Bretaña, pese a que la práctica de consumirlos no tuvo tanta llegada, sí fueron utilizados en laboratorios. De ahí proviene el término coloquial “conejillo de indias” para referirse a los sujetos de prueba.

El cuy dejó su marca en continentes como Asia y África. En Japón, se le llamó “morumotto” (holandés para “marmota”) y se convirtieron en mascotas populares e íconos de la moda. En África, la crianza de los cuyes está orientada para la alimentación y ha resultado una alternativa sostenible a la carne de animales silvestres. En suma, si bien en el Perú lo hemos asociado con la vida y costumbres de la sociedad indígena, y como parte esencial de nuestra gastronomía, no podemos negar de que el cuy es un animal universal desde centurias anteriores.

📷 «La Última Cena» del pintor cuzqueño Marcos Zapata. Se puede observar que en la mesa, además del pan y del vino, aparece como plato principal el cuy.

✅ Fuente: Helen Cowie. (Historiadora de la Universidad de Warwick)

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Helen Cowie - History, University of York

https://www.sas.ac.uk/publications/new-world-objects-knowledge?fbclid=IwAR3d9yokDEGRSqAA7BlQn5USSQvHMJuCYIlScnJgrIVpKAnmPjPjNW9mjWY

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