Cuando Luis Miguel Sánchez Cerro ganó las elecciones de 1931, se esperaba que nombrase un gabinete que suavizase las tensiones políticas. Los apristas, que fueron los perdedores de la contienda electoral, no habían quedado contentos con el resultado, y ya habían empezado a solicitar la nulidad de las elecciones: entre sus argumentos, alegaban que hubo inscripción fraudulenta en algunas circunscripciones como Lima, Callao, Piura, Tumbes, Moquegua; acusaron a algunos jurados departamentales de estar integrados por servidores del civilismo; o denunciaron la existencia de cédulas ya marcadas a favor de Sánchez Cerro.
A raíz de este panorama, circuló el rumor de que el primer gabinete ministerial de Sánchez Cerro sería de gran envergadura nacional y que incluiría a todos los partidos nacionales. Nada de ello sucedió. Por el contrario, nombró un gabinete claramente civilista y antiaprista: dos habían formado parte del gobierno de José Pardo, y uno era miembro de la familia Miró Quesada, dueños del periódico El Comercio, que había atacado constantemente al APRA durante las elecciones.
Al preguntársele sobre esta decisión, Sánchez Cerro respondió: ”Solo gobierno con mis amigos’.
Fuente: Jorge Basadre. Historia de la República del Perú (1822-1933). Tomo XV