Por Luis Leyva (PUCP / UNQ)

Generalmente, la historia del Perú se suele enseñar desde una perspectiva local, es decir, centrándonos en los procesos nacionales, siempre con el contexto internacional como mero telón de fondo. Sin embargo, en pleno siglo XXI, persistir en una mirada nacional resulta anacrónico: en un mundo cada vez más globalizado y con facilidades de comunicación y acceso a la información, nos damos cuenta de inmediato cuán conectados estamos con el resto del mundo. Una serie de preguntas aparecen: ¿desde qué momento existe esa conexión entre lo global y lo local? ¿De qué manera lo que ocurrió en el Perú influyó en el mundo o, viceversa, lo ocurrido en el mundo impactó en el Perú? Esas son algunas de las preguntas que buscan responder Adrián Lerner y Alberto Vergara, editores de Perú global. Explicar el Perú con el mundo. Volumen 1 (2025).
El título del libro es, sin duda, ambicioso. Para comprender las dimensiones de esto, es necesario enfatizar el subtítulo: “Explicar el Perú con el mundo”; el énfasis en el conector “con” nos adelanta la perspectiva historiográfica de los artículos que componen esta publicación colectiva: la Historia Global. A diferencia de otras perspectivas tradicionales -tales como la Historia Mundial o la Historia Internacional, cuyo énfasis era, por lo general, Europa y los procesos globales vistos desde una mirada eurocéntrica hacia el resto del mundo-, la Historia Global pretende señalar las interconexiones, los intercambios y el impacto que tuvieron determinados procesos en distintos puntos del globo: se pretende, con ello, trascender las fronteras de las historias nacionales enfatizando la utilidad de pensar de manera dinámica las escalas de análisis local, regional y global. Así, la Historia Global permite comprender el Perú vinculado con los diversos procesos globales desarrollados de manera simultánea, no solo como receptor pasivo de ideas, personas o acontecimientos sino, también reconsiderar el impacto que procesos locales repercutieron en el resto del globo. Esta perspectiva enfatiza las conexiones multidireccionales -ese “con” mencionado anteriormente- para pensar en un mundo más dinámico y e interconectado.
De la propuesta anterior se desprenden los 22 ensayos que componen este libro, los cuales abarcan fundamentalmente el periodo del Perú independiente: desde el impacto global de la figura de Túpac Amaru II y los procesos de independencia americanos hasta las conexiones transnacionales de los indigenismos americanos y la accidentada trayectoria del cine peruano, pero también encontramos capítulos dedicados a procesos de larga duración, tales como el manejo del agua o la relevancia de Machu Picchu desde tiempos prehispánicos. El libro se compone de cinco apartados: la era de las revoluciones, la temprana globalización, la cultura política peruana del siglo XX, los intercambios culturales y la larga duración; en cada uno de ellos se abordan casos, coyunturas y personajes específicos desde una mirada global. Es importante destacar el acierto en el criterio de los editores al momento de planificar las características del libro colectivo: que cada trabajo enfatizase el carácter global del tema que aborde, que no fuesen trabajos netamente académicos sino más bien ensayísticos, y que el conjunto de la obra refleje también una mirada interdisciplinaria y no solamente histórica.
En conjunto, el libro destaca no solo por los casos analizados en cada capítulo, sino también por presentar esa diversidad de entradas posibles para cada uno de los procesos globales que se abordan. En cuanto al análisis de personajes en concreto, destaca, por ejemplo, el trabajo de Charles Walker acerca de los usos de la imagen de Túpac Amaru a nivel global, llegando a ser un ícono cultural de los movimientos contraculturales estadounidenses en la segunda mitad del siglo XX. Otro ensayo sugerente es la propuesta de Paulo Drinot de pensar en un Mariátegui Global, es decir, rescatando la perspectiva de análisis de las problemáticas abordadas por el Amauta para pensar el Perú en relación con los procesos globales acontecidos en el mundo, particularmente interesado en “lo que el cable no dice”, es decir, en procesos ocurridos fuera de los márgenes europeos. Con respecto a algunos debates globales, es muy interesante el ensayo de Marcela Echeverri acerca de la circulación de los discursos en torno a la abolición de la esclavitud, y cómo estos argumentos fueron adaptados de manera particular en el Perú en torno a nuevas formas de legitimar legalmente formas de trabajo no-libre. Asimismo, destaca el artículo de Martín Bergel con respecto a los vínculos transnacionales de Haya de la Torre con los antiimperialistas chinos, analizando las razones por las cuales este buscó presentar al APRA como “el Kuo Ming Tang peruano” durante el periodo auroral del que sería eventualmente uno de los partidos de masas más importantes del Perú. Estas dos primeras entradas muestran las potencialidades de pensar estos temas desde la Historia Global, enfatizando en la importancia de la circulación de ideas y las redes transnacionales de apoyo y solidaridad, así como de la importancia del desarrollo tecnológico para acelerar e incrementar la intensidad de estos procesos, especialmente a partir del siglo XX.
Merecen una mención especial los artículos dedicados a los procesos globales que enfatizan el desarrollo de industrias transnacionales, ya sea económicas o culturales. Si bien en el párrafo anterior destacamos la importancia de las redes transnacionales de personas, una de las áreas preferidas por la Historia Global han sido el análisis de los procesos económicos, particularmente a partir del siglo XIX. En este periodo, gracias a la(s) revolución(es) industrial(es), la economía mundial se dinamizó hasta límites insospechados. Esto se ve reflejado principalmente en los ensayos de Carlos Contreras sobre el boom del guano y el de Adrián Lerner sobre las intervenciones en la Amazonía, que ilustran de qué manera se pueden renovar las miradas acerca de ciertos temas abordados generalmente por la historiografía local con un énfasis circunscrito en los límites del Estado-nación. Por ejemplo, en el ensayo sobre el guano, Contreras menciona cómo el auge y caída de este producto estuvieron relacionados con procesos como el aumento demográfico en Europa, la subsecuente crisis alimentaria en ciertos países -como Irlanda y Países Bajos-, así como la generación de riqueza en distintos puntos del globo a través de inversiones extranjeras. De otro lado, el trabajo de Lerner resalta el conveniente interés del Estado peruano por integrar (“nacionalizar”) la Amazonía al calor de los procesos de integración económica global que requerían su conocimiento y explotación de recursos, tales como el caucho, tejiendo en el proceso redes transancionales de actores locales e internacionales que formaron parte de una cadena de producción global. Finalmente, en uno de los últimos ensayos del libro, Ricardo Bedoya analiza dos momentos de la historia del cine peruano en el siglo XX, proponiendo que hubo dos -y quizás hasta tres- coyunturas en las que existió la posibilidad de desarrollar una industria cinematográfica local, pero que se vieron obstaculizadas de despegar debido a factores económicos y diplomáticos internacionales que impactaron en detrimento del desarrollo del cine peruano. Estos tres trabajos ilustran la importancia de pensar en cómo estas redes de personas, conocimientos y productos que circulan a lo largo del globo como consecuencia de determinadas políticas públicas impactan no solamente en los países donde se prioriza determinada acción, sino que también tienen repercusión en zonas no consideradas inicialmente.
Este libro, de título tan ambicioso, ¿resultó estar a la altura de las expectativas? Nosotros creemos que sí. Las posibilidades de analizar la historia del Perú en conjunto con los procesos globales resultan, a todas luces, sugerente, y estos trabajos son tan solo una muestra de las potencialidades que ofrece la Historia Global. Sin duda, varios temas han quedado relegados en este Volumen 1 que, tal como su nombre indica, nos anticipa la futura salida –“si todo sale bien”, apuntan los editores- del Volumen 2 en el 2026. Confiamos en que así sea.
